sábado, diciembre 06, 2008

Phobique sociale



Nea la prose, dédiée aux mandrills qui pullulent par l'esprit basique.

UNE PHOBIE SOCIALE AU CHILI

Mi amargura perpetuó morada en los tres hielos de un whisky doble, pulidos en Kurdistán con San Diego, ahí, donde se amalgamaba la jarana de pocos pesos. Donde la voluntad propia se disparaba hacia un sin fin de chulaxias. Los vagos de paja y de siempre confesaban sus bajezas en el ruido del hacinamiento clandestino, en cuchucheo, y risa descarada. Aforismo de quilate poco fluía como andanada vomitiva, e indagando al mundo translucían con rostro desencajado.La saliva era hilarante y exquisitamente ruda, en medio de una orgía de bacterias embriagadas de igual modo con el mismo vino flaco.¡Lo pasé chancho gancho!, le decía uno, a otro que ya poco le entendía. Me engrupí a unaminita de allá, esa, la del Teniente Bello. Chica extraviada, escondida y pletórica de belleza mapuche. ¡Zafaste por poco!... de que los pacos te reventaran el hígado verdoso a palos en la escapada. Le recordaba un caco a otro facineroso de noble espina. Algunos, relaciones nuevas conquistaron, que nunca más verían, solo quedarían como señales borrosas de todo aquello en sus agendas de plástico chino. Todos, se ufanaron en la nada más espesa de un jueves puto, regresando a sus cuevas creyéndose el cuento, de haber patinado en el charco de un Hollywood venido al ínfimo mas macro que hay sobre el círculo de la tierra, más, elevado a la décima potencia. Así, se creyeron por un rato, “perdidos de toda realidad”. El ser felices.¡Los infelices de la conchesumadre!

Autor: E. C. Flores

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